viernes, 24 de noviembre de 2006

43 años del asesinato de Kennedy

Actualización 4 Julio 2007:
El Proyecto Matriz tiene un capítulo, el tercero, completamente dedicado a Kennedy y al discurso que yo traduje y comenté en este post. Podéis verlo y oírlo en español en Google Video. Más que recomendable, imprescindible.

No podía saberlo pero justo cuando comienzo este blog se cumplen 43 años del asesinato de Kennedy. Hay información en la Web sobre el tema a raudales, especialmente si os defendéis con el inglés.

No obstante, y últimamente como casi siempre vía Don Calladito, encuentro artículos sobre el tema y en concreto enlaces a un fragmento de un discurso original de Kennedy tras la fallida invasión de Bahía de Cochinos, ideada por la CIA con el presidente anterior Eisenhower en el poder.

Es largo pero me animo a traducirlo porque creo dos cosas después de leerlo en inglés: primero, que fue un gran político (para variar) porque este discurso no se parece en nada a la palabrería infantil de colegio que oigo y leo a diario, 40 años después... y segundo, que identificó y se decidió a combatir la élite que mueve los hilos en la sombra. Lo que probablemente, sin entrar en detalles concretos de quién o por qué, le llevó a la muerte.

El discurso se titula El Presidente y la Prensa, y lo pronunció delante de la Asociación Americana de Editores de Periódicos, el 27 de Abril de 1961, en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York. Podéis escucharlo íntegro en esta URL en inglés. Después de una introducción con algunas bromas, entra de lleno al tema, y se puede escuchar que está hablando seriamente. Tenía muy claro qué quería decir, cómo decirlo, y a quién se lo estaba diciendo. Mi traducción a continuación (negritas mías):

"Nuestro modo de vida está siendo atacado. Aquellos que se sienten como nuestro enemigo están avanzando a lo largo del planeta. La supervivencia de nuestros amigos está amenazada. Y aún así, no se ha declarado guerra alguna; ninguna frontera ha sido cruzada por tropas; ningún misil ha sido disparado.

Si la prensa está esperando a una declaración de guerra antes de imponer la autodisciplina de situación de combate, entonces sólo puedo decir que ninguna guerra supuso nunca una amenaza mayor para nuestra seguridad. Si esperan el hallazgo de un peligro claro y actual, entonces sólo puedo decir que el peligro nunca ha sido más claro, y su presencia nunca ha sido más inminente. Requiere un cambio de opinión, un cambio de estrategia, un cambio en los cometidos, por parte del gobierno, el pueblo, cada hombre de negocios, cada líder sindical y cada periódico.

Porque se nos opone, por todo el mundo, una conspiración monolítica y despiadada que se basa fundamentalmente en medios encubiertos para expandir su esfera de influencia; en la infiltración en lugar de la invasión; en subversiones en lugar de elecciones; en la intimidación en lugar de la libre elección; en guerrillas nocturnas en lugar de ejércitos diurnos. Es un sistema que ha reclutado enormes recursos humanos y materiales para la construcción de una máquina bien entretejida y altamente eficiente que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas. Sus preparativos son ocultos y no publicados. Sus errores se entierran, no salen en titulares, sus disidentes son silenciados, no alabados; no se repara en gastos, no se imprime rumor alguno, no se revela ninguno de sus secretos. En resumen, conduce la guerra fría con una disciplina bélica que ninguna democracia querría desear igualar jamás. (...)

Quizá no hay respuesta al dilema al que se enfrenta una sociedad libre y abierta en una guerra fría y secreta. En tiempos de paz, cualquier discusión acerca de este tema y cualquier acción que resulte son dolorosas y no tienen precedente. Pero este es un tiempo de paz y peligro que no conoce precedente en la Historia.

Es la naturaleza sin precedentes de esto la que también ocasiona vuestra segunda obligación, una obligación que comparto y que es la de nuestro deber de informar y alertar al pueblo americano, para tener la certeza de que poseen información sobre todos los hechos que necesitan y los entienden bien; el peligro, las perspectivas, los propósitos de nuestro programa y las decisiones que encaramos.

Ningún presidente debería temer el escrutinio público de su programa, porque de ese escrutinio proviene el entendimiento, y de este entendimiento provienen el apoyo o la oposición, y ambos son necesarios.

No pido a vuestros periódicos que apoyen una Administración, sino que les pido su ayuda en la tremenda tarea de informar y alertar al pueblo americano, puesto que tengo plena confianza en la respuesta y dedicación de nuestros ciudadanos cuando están completamente informados. No solo no podría sofocar la controversia entre vuestros lectores, sino que la acojo con agrado. Esta administración trata de ser sincera con sus errores porque, como un sabio dijo una vez, "un error no es un error hasta que tú rechazas corregirlo." Pretendemos aceptar la total responsabilidad de nuestros errores, y esperamos de ustedes que los señalen cuando los pasemos por alto.

Sin debate, sin crítica, ninguna administración y ningún país pueden tener éxito, y ninguna república puede sobrevivir. Es por ello que los legisladores de Atenas decretaron una vez que era un crimen para un ciudadano retroceder ante la controversia. Y es por ello que nuestra prensa está protegida por la Primera Enmienda.

Es el único negocio en América específicamente protegido por la Constitución, y no especialmente para divertir y entretener, no para enfatizar lo trivial y lo sentimental, no para dar simplemente al público lo que quiere, sino para informar, enardecer, reflejar, exponer nuestros peligros, nuestras oportunidades, para indicar nuestras crisis y nuestras elecciones, para dirigir, moldear, educar y en ocasiones incluso enfurecer la opinión pública. Esto implica mayor cobertura y análisis de las noticias internacionales. Porque ya no es lejos y foráneo, sino al alcance de la mano y local. Significa prestar mayor atención a la mejora de la comprensión de las noticias así como la transmisión. Y significa, finalmente, que el gobierno, a todos los niveles, debe cumplir con su obligación de proveerles con la más completa información posible fuera de los estrechos límites de la seguridad nacional. Y pensamos hacerlo.

Fue a principios del siglo XVII cuando Francis Bacon comentó tres inventos recientes que ya estaban transformando el mundo: la brújula, la pólvora y la imprenta. Hoy los enlaces entre las naciones forjados por la brújula nos han convertido a todos en ciudadanos del mundo, siendo las esperanzas y amenazas de uno también las esperanzas y amenazas de todos nosotros.

En ese esfuerzo de un mundo único por vivir juntos, la evolución de la pólvora hacia sus máximos límites ha advertido a la humanidad de las terribles consecuencias del fracaso.

Y así es la imprenta, que registra las hazañas de los hombres, que conserva su conciencia, que es el mensajero de sus noticias, a quien buscamos para fortalecernos y ayudarnos, con la confianza de que con su ayuda el hombre será lo que ha nacido para ser: Libre e Independiente.

Hay que contar un poco de historia aquí. La invasión fallida de Bahía de Cochinos había tenido lugar 10 días antes. Uno de los factores para que fallase, además de la defensa cubana, fue que Kennedy canceló en el último momento apoyo aéreo, por lo que los 1500 voluntarios del exilio cubano (entrenados por la CIA en Guatemala, Puerto Rico y Nicaragua) que debían "invadir" la isla se vieron perdidos. ¿Por qué hizo esto Kennedy?

Aparentemente, le habían informado de que existía un gran número de oponentes al régimen de Castro y que una vez iniciadas las hostilidades se sublevarían: serían una fuerza desde dentro. Lo que ocurrió en realidad, era que la mayor parte del pueblo apoyaba a Castro: la CIA falseó esas informaciones, deliberadamente o por error, con la esperanza de que una vez puesta en marcha la operación, el Presidente daría todo lo necesario para conseguir el éxito. No fue así.

Se puede pensar que, desde ese momento, o en ese momento, Kennedy fue consciente de que habían intentado forzarle a meter a Estados Unidos en una guerra, que quizá habría sido global si la URSS hubiera entrado también "al trapo". Quizá identificó la "conspiración monolítica y despiadada" que quería derrocar un régimen con tal de colocar de nuevo a la mafia y las grandes empresas a cargo de La Habana, como estaban antes.

En el discurso también dice que "un error no lo es tal hasta que uno rechaza intentar enmendarlo"... ¿Iba a enmendar su "error" de Bahía de Cochinos corrigiendo la política exterior americana?

La respuesta parece ser que sí: despidió al director de la CIA Allen Dulles (que después fue nombrado investigador de la Comisión Warren que investigó la muerte de Kennedy), al subdirector de la CIA General Charles Cabell (hermano del alcalde de Dallas, ciudad donde mataron a Kennedy), y al Subdirector de Operaciones Richard Bissel (que había ofrecido 150.000 dólares a la Mafia por asesinar a Castro en 1960). Además, su Gobierno rechazó un terrorífico plan del que hablaremos en otra ocasión, la Operación Northwoods (resumen para que os pique la curiosidad: un documento de los militares que intentaba justificar una invasión de Cuba mediante una campaña de terror atribuida a Cuba, ahí es nada, y que se hizo público en 1997, unos 35 años después).

El 21 de Noviembre de 1963, un día antes de su muerte, firmaba un Memorando de Seguridad Nacional, el número 263, que requería el regreso de todas las tropas en Vietnam antes del final de 1965. El 22 de Noviembre era asesinado en Dallas, le sustituiría Lyndon Johnson, quien emitió otro Memorando de Seguridad Nacional, el número 273, que contrarrestaba el de Kennedy.

La Comisión Warren, por supuesto, dedujo que el único culpable era el famoso Lee Harvey Oswald, pese a que esas conclusiones eran más que sospechosas y que Oswald mantuvo siempre no tener nada que ver y que era un "cabeza de turco". A Oswald lo mató un tal Jack Ruby delante de policías y cámaras, dentro de una comisaría, cuando lo trasladaban. Ruby murió de cáncer en 1967 mientras esperaba un nuevo juicio, habiendo conseguido evitar la pena de muerte. Kennedy, Oswald y Ruby muertos, Johnson en el poder y todo como antes. Fin de la historia.

La pregunta más importante que hay que hacer cuando se analiza algo así es: ¿Quién se beneficia? ¿A quién molestaba Kennedy?

P.D: otro muerto de hoy, el ex espía soviético envenenado, Alexander Litvinenko. Primero era talio, hoy han encontrado restos radiactivos... Una muerte natural, seguro. ¿A quién molestaba?

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