Elecciones 2009
El pasado 12 de Junio se celebraron elecciones en la República Islámica de Irán. Solo dos horas después del cierre de las urnas, el presidente Mahmud Ahmadineyad fue proclamado vencedor con una amplia mayoría. Los resultados oficiales le daban el 63% de los votos, frente al 34% obtenido por su principal competidor, Mir Husein Musavi. La participación fue muy alta, del 75%.
Desde antes de que se conocieran los resultados, Musavi declaró que él era el ganador real de acuerdo a los sondeos a pie de urna, y por tanto había tenido lugar un fraude monumental cuando se dio la victoria a su rival. Desde entonces se han sucedido manifestaciones callejeras multitudinarias con el objetivo aparente de conseguir que se repitan las elecciones. El propio Musavi ha alentado estas manifestaciones, pidiendo que sean pacíficas pero insistentes. Han habido muertos durante los enfrentamientos, ya que el régimen de Ahmadineyad no ha autorizado la mayoría de estas concentraciones, según varias fuentes las más multitudinarias en los últimos 30 años en Irán.
¿Terror Free Tomorrow?
Esa es más o menos la situación. El seguimiento desde Occidente es constante y tiende a favorecer la postura de Musavi frente a la de Ahmadineyad. La muerte de manifestantes y las típicas historias emocionales tratan de conseguir simpatía por los manifestantes frente a la política "de puño de hierro" del presidente. No es fácil apoyar a un bando ni al otro, con informaciones contradictorias y análisis opuestos del único sondeo realizado con ciertas garantías, realizado por una fundación denominada Terror Free Tomorrow, que daba la victoria con más del doble de votos a Ahmadineyad, casi un mes antes de los comicios. Los resultados del sondeo se pueden descargar de Internet en esta dirección. Personalmente el nombre de la organización, su logotipo con una pirámide y que el Consejo consultivo esté formado por políticos de Washington, incluyendo al derrotado John McCain, me da más mala espina que buena. No obstante, por extraño que parezca, daban como ganador claramente a Ahmadineyad.Antes de tomar postura por uno u otro bando, veamos a Irán con perspectiva.
El sistema político iraní
Irán es un país peculiar. El jefe absoluto del Estado es el líder supremo Ayatolah Jamenei, que es designado de por vida como nuestro monarca lo fue por Franco, y tiene la facultad de nombrar a los jefes de las Fuerzas Armadas, del Poder Judicial y de los medios de comunicación estatales.
Por otro lado, el Consejo de Guardianes está formado por seis clérigos elegidos directa o indirectamente por el líder supremo, y entre sus funciones principales se encuentra dar el visto bueno o vetar a candidatos a presidente, y examinar las quejas electorales.
El presidente, por último, es el único cargo elegido por el pueblo para un mandato de cuatro años, con un límite de dos mandatos como máximo, al estilo EEUU. Redacta leyes, elige a los diputados y maneja en teoría la política exterior.
Tras este resumen parece claro que el líder supremo es el que manda realmente en Irán, con una serie de peones por debajo a los que cambiar apropiadamente en caso de haber problemas, y que la capacidad del pueblo para elegir no es demasiado real, puesto que incluso los candidatos tienen que pasar el filtro de los jefes islámicos.
Aunque visto desde el punto de vista de Occidente nos puede parecer una locura medieval, y con el rechazo que se tiene aquí por los regímenes político-religiosos, hay que recordar que el régimen de la República Islámica fue instaurado tras la revolución de 1979, que fue apoyada mayoritariamente por el pueblo. Pensamos al instante: ¿y cómo carajo pudieron escoger y apoyar un sistema así? Para tratar de comprenderlo, remontémonos unos años atrás en el tiempo.
El convulso siglo XX iraní
La historia de Irán es desde principios del siglo XX la historia de un país influido constantemente por las potencias extranjeras, que han querido mantener a toda costa el control sobre las inmensas reservas petrolíferas del país.En 1901 el Sha de Persia había autorizado la concesión a una compañía llamada Anglo Persian Oil Company para explorar el territorio iraní en busca de reservas, con una duración de 60 años. Encontraron inmesas reservas, y según el acuerdo se entregaría a Irán (entonces Persia) el 16% de lo obtenido. Durante la I Guerra Mundial, el gobierno británico nacionalizó prácticamente esta compañía para alimentar su ejército, por lo que durante algún tiempo la producción persa de petróleo estuvo en manos no ya de una compañía, sino de un gobierno extranjero: el del Reino Unido.
Además, la presencia británica en Persia proporcionaba al Reino Unido una capacidad de injerencia real y efectiva. En 1921, tras la guerra, un golpe de estado militar muy probablemente auspiciado o al menos apoyado por los británicos derrocaba al Sha de Persia para instaurar ya como Sha de Irán a Reza Palavi. El nuevo Sha intentó en los años 30 revocar la concesión petrolífera a APOC. Lo único que consiguió fue que cambiaran el nombre por el de Anglo Iranian Petroleum Company. Las condiciones siguieron siendo mucho más ventajosas para los británicos. En el futuro esta compañía se convertiría en British Petroleum, la BP que vemos con su logotipo verde por nuestras ciudades hoy día.
En 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, Irán fue invadido por Gran Bretaña y la Unión Soviética, pese a haberse declarado neutral, para poder utilizar su moderno sistema de ferrocarriles y sus recursos petrolíferos en la guerra contra Hitler. Palavi, tildado de pronazi, fue obligado a renunciar al cargo y dejar a su hijo como jefe del Estado, una vez garantizada su lealtad aparentemente al Imperio, de nuevo al estilo de lo que ocurriría en nuestro país tras la muerte de Franco. En veinte años quitaron al líder que ellos mismos habían colocado. Tras haber asegurado sus posiciones en Irak, otro estado sumido en la violencia desde entonces hasta hoy, garantizaban su supremacía en la zona por la fuerza.
A finales de los 40, la petrolera AIOC rechazó incluso una auditoría externa para comprobar los beneficios reales de la compañía y garantizar que se estaba pagando a Irán la cantidad real pactada, incluso siendo un porcentaje ridículo. Actos como éste, la invasión durante la guerra y la constante injerencia extranjera fueron el caldo de cultivo inevitable para un creciente sentimiento anti occidental en el país, y propiciaron la llegada al poder de un hombre nacionalista, Mohammed Mossadegh, en 1951. Entre sus argumentos electorales estaba la nacionalización por fin de la industria petrolera. Por supuesto Occidente no iba a permitirlo.
En 1953, el presidente democráticamente elegido Mohammed Mossadegh fue derrocado en un golpe de estado organizado por la CIA bajo petición del Reino Unido, en la denominada Operación Ajax. Consistió en lo habitual: organizar manifestaciones de protesta, comprar a periodistas, manifestantes y personajes de la vida pública para apoyar la revuelta, asegurarse algún hombre fuerte proamericano y anticomunista como alternativa a Mossadegh y convencer a "su" Sha Palavi (hijo) para que cesara a Mossadegh en favor de éste nuevo hombre, el general Fazlollah Zahedi.
Mossadegh había ofrecido dar el 25% a la petrolera, como compensación a la nacionalización y las pérdidas (pese a los beneficios del 85% conseguidos desde 1901). No fue suficiente para APOC. El Reino Unido bloqueó con la marina la exportación de crudo, prohibió el comercio con Irán de productos británicos, incluyendo el azúcar y el acero, y congeló las cuentas iraníes en los bancos británicos, que por entonces eran los mayores del mundo. Un bloque y embargo absoluto, al estilo del caso cubano o el caso iraquí tras la primera Guerra del Golfo.
El Reino Unido, además, llevó el caso de la nacionalización al Tribunal Internacional de la Haya, donde el primer ministro Mossadegh anunció que el mundo "sabría de un país cruel e imperialista" que estaba robando "a un pueblo desnudo y necesitado". El Reino Unido, representando a APOC, perdió el caso. Tampoco fue suficiente para ellos.
Preocupados por sus otros intereses en Irán, el Reino Unido persuadió al Secretario de Estado John Foster Dulles de que Irán estaba cayendo bajo la influencia comunista de la URSS. Ya sabemos que no hay nada como apelar al coco para conseguir que los americanos se movilicen. El presidente de entonces estaba ocupado con un guerra en Corea, pero el siguiente, Eisenhower, se unió a los británicos para organizar el golpe que derribó por fin a Mossadegh.
El Sha instaurado en 1941 tras la abdicación del padre, Mohammed Reza Pahlavi, aguantó en el poder hasta 1979, cuando la revolución islámica liderada por Ruhollah Jomeini le forzó al exilio y se instauró la República Islámica de Irán, su Constitución islámica y su estructura estatal mencionada antes. Según los propios líderes islámicos, el referéndum fue aprobado por el 99% de la población.
Nada más llegar al poder, en 1980, el nuevo régimen fue puesto a prueba con la guerra contra el Irak de Saddam Hussein, de la época en la que los americanos le visitaban y vendían armas. Estados Unidos utilizaba a su aliado iraquí para derrocar el régimen iraní y de paso lucrarse con el negocio armamentístico. Para maximizar el beneficio, apoyó también a Irán en el escándalo Irán-Contra, destapado durante la administración Reagan en 1986. EEUU accedió a proporcionar armamento a Irán a cambio de la liberación de sus rehenes. Con el dinero obtenido por ese tráfico negro de armas, se financiaba a la Contra nicaragüense, una organización terrorista con el único objetivo de desestabilizar el gobierno izquierdista de los Sandinistas. Para redondear la operación, se utilizaron cárteles de la droga colombianos para pasar el dinero a la Contra.
¿Queréis terminar con la conexión de los puntos? En el escándalo Irán-Contra se utilizaron por supuesto agentes de la CIA, el aeropuerto de Mena, en Arkansas, donde era gobernador Bill Clinton, futuro presidente. Y los fondos que se transferían eran... de la familia Bin Laden.
Los mismo sujetos, los mismos medios, a lo largo de años y años. El caso de Irán y en concreto el Irangate, como también es conocido el asunto Irán-Contra, reúne todos los ingredientes para formar un cuadro perfecto de la injerencia del Imperio y sus oscurísimos tejemanejes: CIA, tráfico de drogas, derrocamiento de regímenes en Sudamérica, la familia Bin Laden y un político recompensado con una carrera meteórica.
Ahora, que cada uno piense sobre Irán, Ahmadineyad y compañía lo que quieran. Como última curiosidad, destacar dos apuntes: primero, que el día 12 de Junio Israel prefería que ganase Ahmadineyad, solo para declarar cuando se conocieron los resultados que su victoria era "preocupante". Segundo, que el opositor, Musavi, fue Primer Ministro de Irán durante la guerra con Irak. De él podemos leer en un artículo en la Red Voltaire:
Musavi fue Primer Ministro de Irán durante la guerra con Irak (1981- 1989) Tiene en su currículum haber ejecutado la orden de la matanza de miles de presos políticos. Fue durante su mandato cuando la totalidad de partidos y organizaciones políticas, sindicatos, organizaciones feministas, etc. fueron perseguidos, sus miembros –miles de ellos jóvenes estudiantes de institutos y universidades-, detenidos , torturados y ejecutados. Se trata de la mataza más grande de la historia contemporánea de Irán. Entre las víctimas, unos 53 miembros del comité ejecutivo del partido comunista, Tudeh, de los cuales 4 habían pasado 25 años de su vida en las prisiones del Sha.Ha estado desaparecido de la vida pública 20 años, para aparecer prácticamente un mes antes de las elecciones, enfrentarse a Ahmadineyad, y con sus declaraciones dándose como vencedor encender la mecha de las manifestaciones y la violencia. Hay que decir que los votos cosechados por Ahmadineyad son prácticamente los mismos que cosechó en 2005.
¿No os suena de nuevo a historia que se repite? ¿Sería por esto por lo que Israel prefería la victoria del conservador, para mantener la tensión en la zona?
Si aún tenéis curiosidad, he encontrado un análisis interesante en El Mundo titulado "Ni tan blanco, ni tan negro".
1 comentario:
Llevo tiempo sin pasar por aqui pero aunq el diseño ha cambiado, muy chulo por cierto, la calidad sigue siendo la misma.
Enhorabuena.
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