En España no van a hacer referéndum, como en tantos otros países han decidido que es mejor legislar para un pueblo sumido en la ignorancia que hacerle partícipe de las decisiones. Con la lógica en la mano, esto implica que sus decisiones no nos benefician. De otro modo, ¿por qué evitar explicar a la gente algo que es bueno para ellos? Si algo es bueno y lo explicas detalladamente, permitiendo que se escuchen voces a favor y en contra, entonces no se debe temer la opinión de las personas, que se supone que son los que eligen a los gobernantes para gobernar en su nombre, y para ellos.
En España, decía, no se hace referéndum porque los grandes partidos están de acuerdo (qué curioso, están en desacuerdo aparentemente en todo, pero en esto no) con el Tratado y también en que no es necesario referéndum. Los medios de comunicación, en su conocida función de propagadores de propaganda, valga la cacofonía, se han dedicado a intentar minimizar el "no" irlandés. Y por ello informan sin opinar, sin una pizca de vergüenza, que el plan de momento es seguir como si no hubiera pasado nada. Con frases como "esto no se puede parar", "lo de Irlanda es un incidente", "habrá que repetir el referéndum"... Resulta gracioso si no fuera por lo grave del asunto en sí. Caen las caretas, se ve claramente como los políticos trabajan para otros, no para nosotros. Repetir el referéndum, claro. Hasta que el resultado sea el que tú quieres. Lo mejor del artículo enlazado, la cita a Bertolt Brecht:
Pasar por alto la voz de los ciudadanos va ser una maniobra muy compleja. Francis Wurtz, presidente del Grupo de Izquierda Unida Europea, en el Parlamento Europeo, ha recordado las palabras irónicas de Bertolt Brecht: "Si los dirigentes ven claro y el pueblo se equivoca, lo que hace falta es cambiar de pueblo", refiriéndose a "estas élites sordas a las exigencias de la sociedad, porque trastocan sus intereses y certidumbres".
La caída de caretas es brutal en el caso francés, donde el Presidente Sarkozy alega directamente que "lo de Irlanda es un incidente" y que la única solución es continuar la ratificación y que los irlandeses repitan con un texto adaptado. Brutal porque es el presidente de un país que votó NO a la versión anterior. Menudo respeto por el pueblo que le ha elegido a él mismo.
Ojala nuestro supuesto gobierno "de izquierdas" hiciese un referéndum aquí. Ojala los medios debatiesen abiertamente sobre el tema, sin miedos. ¿A quién sirve la Unión Europea, si los únicos que ven un problema en los debates y votaciones son los burócratas?
Recordemos que la Unión Europea es ese gobierno supranacional que nos ha traído el Banco Central Europeo, con su Euribor que modifican a su antojo personajes no elegidos y que arruina la vida diaria de millones de hipotecados. Nos ha traído las maravillosas leyes de seguridad secretas en los aeropuertos, ya comentadas en este espacio. Nos trae recientemente la jornada laboral de 65 horas semanales. Nos pretende, mediante el tratado de Lisboa, colocar un Presidente y un Ministro de Asuntos Exteriores no elegidos por nosotros, y por tanto libres de toda responsabilidad y juicio. Nos pretende unir por la fuerza, y de paso reajustar las políticas de países soberanos (en teoría), privatizando a su antojo, controlando qué país puede producir qué cosa y en qué cantidad (que se lo digan a pescadores, agricultores o astilleros).
En los medios leeréis todo tipo de informaciones destinadas a minimizar el asunto. Hoy en El País ya estaban con la técnica habitual de "matar al mensajero": una ecologista, un empresario y una antimilitarista son las caras del NO en Irlanda. Pero por otras fuentes leemos lo que dicen realmente estas personas, y no lo que nos dicen que dicen. El matiz es importante aunque sutil.
Via el maravilloso Herr Koch, podemos leer lo que ha dicho Declan Ganley ("el empresario" en el artículo de El País), no tiene desperdicio:
"No somos euroescépticos sino proeuropeos. Hemos votado que sí en otros referendos porque la UE nos ha traído beneficios y queremos continuar en el corazón de Europa (...) El Tratado de Lisboa es un documento antidemocrático. Crea un presidente no electo y un ministro de Exteriores no electo. No garantiza un comisario a todos los Estados miembros. Y sobre todo, no se ha dado a los pueblos europeos la oportunidad de opinar(...) No podemos aceptar esta nueva transferencia de poderes a gente que no ha sido elegida y no tiene que rendir cuentas (...) es tremenda la arrogancia de algunos líderes europeos, su presunción de que sólo ellos saben lo que es bueno para los demás. ¿Qué se creen? En Irlanda sabemos leer y este documento no es sino la Constitución a la que franceses y holandeses dijeron NO en su día. Es idéntica en un 96 por ciento. Han hecho algunos cambios para justificarla (...) Es inaceptable ignorar a la gente."
Sabias palabras, ya sea empresario, fontanero, bufón, ecologeta o quien sea. Como decía Oscar Wilde, "la catadura moral de un hombre es independiente del valor de sus ideas". O algo similar. Hurra por Irlanda, que corra la cerveza. Y esperemos que sirva de algo o al menos, para seguir abriendo los ojos y recogiendo las caretas del suelo.
Lo de "euroescépticos", empieza a sonar como "antiamericano" para los que se oponían a la guerra en Irak, al "antisemita" para el que critica la violación absoluta de derechos humanos en Palestina, y otro tipo de adjetivos similares. Con nosotros, o contra nosotros. Buenos contra malos.
Los malos son ellos, esa élite, y los buenos, nosotros, la gente de a pie. No perdamos el norte.
2 comentarios:
A mí Europa me parece una falacia. Estaría bien si nos sirviera para negociar en bloque con EEUU o para mejorar las condiciones globales de vida pero no es así. Me declaro euroescéptico! :-)
Gracias Charlie por tu mensaje. Lo mismo digo. Agregado también a mi lista de enlaces!. Saludos y sigamos pa delante!
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