viernes, 9 de abril de 2010

Wikileaks y la censura

Wikileaks es un portal dirigido por periodistas independientes donde informantes anónimos pueden enviar filtrar documentación secreta, enfocándose particularmente en los documentos que prueben violaciones de los derechos humanos o temas de corrupción. Posteriormente, el equipo de Wikileaks se dedica a contrastar e investigar la información aportada antes de su publicación. Julian Assange, uno de los responsables de este proyecto, cuenta en esta entrevista cómo funciona Wikileaks.

Hace pocos días, el portal Wikileaks conmocionaba al mundo haciendo públicos unos vídeos de la guerra de Irak donde se podía observar cómo un helicóptero del ejército de EEUU mataba a varios civiles en Bagdag, incluyendo niños y dos periodistas.

La respuesta no se ha hecho esperar. Microsoft ha eliminado de su buscador el acceso a Wikileaks, Facebook ha borrado el perfil que tenía la organización, El gobierno de Australia no permite el acceso a la página.

La inevitable pregunta que surge es ¿Por qué Facebook iba a censurar a Wikileaks? ¿Qué intereses tiene esta página? ¿Por qué Facebook (O Microsoft, o el gobierno Australiano) haría eso coincidiendo con la publicación de los mencionados vídeos? Piense en ello la próxima vez que decida colocar sus fotos del pasado fin de semana en Facebook, o decir quiénes son sus nuevos amigos. Piense que está haciendo realidad el sueño de cualquier servicio secreto, en muchas ocasiones, más interesados en espiar a sus propios ciudadanos que a otras potencias. Piénselo antes de vender a precio de saldo su intimidad y la de sus amigos, esos que salen en las fotos etiquetadas que usted sube tan alegremente a Facebook.

Las mismas dudas que se plantean con Facebook se podrían plantear con Microsoft y de toda la red de servicios web que ofrece. El gran hermano ya no necesita espiar, son los propios ciudadanos quienes voluntariamente aportan la información. El sueño de cualquier estado totalitarista.

Tampoco confíe demasiado en, por ejemplo, la privacidad de sus datos cuando usa servicios de Google. Hace poco se hablaba de las puertas traseras que Google pone a disposición de gobiernos para que estos puedan acceder a las cuentas de Gmail de cualquier ciudadano. Puestas traseras que fueron utilizadas no sólo por gobiernos, también por hackers que las descubrieron.

El asunto Wikileaks, en todo caso, viene a recordarnos que empresas como Microsoft o Facebook no son simplemente empresas del sector tecnológico, tienen intereses políticos muy concretos, y en muchos casos, como ha quedado demostrado, incluso opuestos a los de cualquier ciudadano con deseos de que se conozca la verdad.